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El futuro laboral que le depara al colectivo de jóvenes universitarios

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La falta de oportunidades de ciertos ámbitos en los que los universitarios se forman, puede resultarles muy frustrante en su salida al mundo laboral

Actualmente en España, una de cada tres personas de entre 25 y 34 años tiene estudios universitarios, de los cuales un 40% son mujeres y un 26% hombres, proporción que va creciendo con el tiempo. Este crecimiento es necesario, dado que la revolución digital y la consiguiente automatización de procesos están provocando grandes cambios en el mercado laboral que, a pesar de que suponen riesgos, también ofrecen oportunidades especialmente interesantes al colectivo de personas mayormente cualificadas.

Un estudio reciente de la Fundación ISEAK reflexiona sobre la situación laboral del colectivo universitario, intentando responder a la cuestión de si tener estudios universitarios en general garantiza un futuro laboral más digno, o si por el contrario, lo que resulta más importante es el ámbito de especialización. Si bien al escoger un grado universitario los gustos sobre qué estudiar deben ser tenidos en cuenta, también es conveniente tener en consideración las posibilidades que el mercado laboral ofrece para cada opción. Siguiendo esta línea, en el estudio tratan de entender hacia dónde va ese futuro laboral, en base a las tendencias que se observan sobre la composición de los empleos de este colectivo.

Como primer interrogante, el estudio se plantea cuáles son los empleos más comunes a los que accede el colectivo universitario y su peso en el mercado laboral. En primer puesto, se concentran en la categoría de profesionales científicos e intelectuales, conformada mayoritariamente por maestros de enseñanza primaria y preescolar, profesores de enseñanza secundaria y profesionales de enfermería. En conjunto, estas profesiones representan un 5% del empleo en España en las últimas dos décadas. En segundo lugar, expone que dentro de la misma categoría existe un grupo formado por las profesiones como especialistas de las ciencias sociales, especialistas en organización de administración, profesionales en derecho o médicos, que no solo absorben una parte muy relevante del empleo (4,5%), sino que además, su peso en el empleo total se ha duplicado en los últimos 20 años. Por último, existe otro grupo de profesiones a destacar —como ingenieros, especialistas en finanzas, especialistas en bases de datos y en redes de computadores o desarrolladores, y analistas de software y multimedia— que ofrecen empleo a un menor número de personas (3%), pero cuyo peso se ha disparado en los últimos años. Entre las ocupaciones que más han crecido destacan especialmente la de matemático, actuario y estadístico ya que se ha multiplicado por 10 su nivel de empleo desde 1997.

Por otro lado, la segunda gran cuestión que aborda el estudio, es el problema del empleo desencajado, debido a que una gran cantidad de jóvenes declara no hacer uso del contenido de los estudios de la carrera en su trabajo actual, pasados tan solo cinco años. Concretamente, son las carreras de humanidades como Historia o Filosofía, y ciencias sociales, como podrían ser Política, Relaciones Internacionales, Sociología, Geografía o Antropología, las que muestran menor encaje, con una probabilidad de tan solo el 50% de hacer uso de sus estudios en su trabajo. Sin embargo, casi la totalidad de las personas que estudian Enfermería, Medicina, Informática o Veterinaria encuentran un empleo notablemente encajado.

La tercera pregunta que plantea gira en torno a la calidad del empleo de las diferentes especializaciones universitarias. La tan demandada estabilidad laboral necesitada por la juventud, es uno de los indicadores que definen un “buen empleo”. Por este motivo, el estudio analiza la estabilidad de los empleos tras cinco años de haber comenzado la etapa laboral y muestra que los ámbitos de la Informática, Derecho, Administración y Dirección de Empresa y Economía ofrecen trabajos de mayor estabilidad, con una media de un 82%-87% de personas que tienen un contrato estable. En cambio, concluye que otros campos como la Enfermería acumulan una alta proporción de contratos temporales, afectando a 6 de cada 10 personas. Además, revela que la juventud especializada en medio ambiente, ciencias de la vida (Biología, Biotecnología, Bioquímica, Biomedicina) o ciencias químicas, físicas y geológicas, también sufre esta precariedad, con una temporalidad superior al 50%.

Finalmente, el estudio contempla otro parámetro, un indicador importante sobre la calidad del empleo del colectivo universitario: los salarios cinco años después de la graduación. Siguiendo esta regla, los títulos peor posicionados serían Psicología, Actividad Física y del Deporte, Ciencias Ambientales o Periodismo, donde dos de cada tres personas egresadas cobran menos de 1.500 euros al mes al cabo de cinco años. Por el contrario, Medicina es la carrera que ofrece mayores retribuciones, ya que hay una probabilidad superior a un 80% de ingresar salarios superiores a 2.000 euros al mes.

En suma, la falta de oportunidades laborales de ciertos ámbitos en los que una persona se ha formado, puede resultar muy frustrante a nivel personal, y supone una clara incompetencia y un gran fracaso en el uso de recursos propios y también públicos. Por tanto, aunque es importante seleccionar una opción que ofrezca una salida laboral afín a los intereses de cada persona a la hora de elegir qué estudiar, es primordial contar con información que ayude a decantarse a la hora de tomar tal decisión. La encuesta de inserción laboral de titulados universitarios elaborada por el INE y en la que se basa el estudio mencionado, es un reflejo del potencial que tienen los datos públicos para ayudar a la toma de decisiones académicas y laborales. Aun así, su alcance es todavía limitado y, por ello, urge reivindicar un mayor uso y difusión de este tipo de información, con el fin de garantizar que las personas jóvenes tomen estas decisiones de la manera más fundamentada posible, pues estas determinarán en gran medida lo que les depara su futuro laboral.

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Fuente: ¿Qué futuro laboral le depara al colectivo de jóvenes universitarios?

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