Salud y Nutrición

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¿Por qué la vida de las mujeres es más longeva que la de los hombres?

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Los estudios sobre la esperanza de vida de distintas especies descubren las razones de la diferencia de longevidad entre géneros en los humanos

A pesar de que la esperanza de vida aumenta paralelamente a la mejora de las condiciones de vida de muchos países, la diferencia entre lo que vive un género y otro se mantiene vigente. Y es que es un hecho que las mujeres siempre han vivido más que los hombres, independientemente del origen, del territorio, la cultura o el momento de la historia. Pero, ¿por qué? ¿Qué elemento estructural persiste?

Existen dos tipos de razones que explican cómo somos los seres vivos: las causas próximas y las causas últimas. Las próximas se refieren a los mecanismos que provocan los efectos que vemos, es decir, hechos como que el envejecimiento puede producirse por diversos motivos. Algunos ejemplos de esto serían el estrés oxidativo de las células, la pérdida del cromosoma Y en muchas células en machos o el acortamiento de los telómeros (secuencias especiales del ADN ubicadas en los extremos de los cromosomas y que tienen secuencias repetitivas reconocidas como el final de los mismos. Su función es impedir que el cromosoma se rompa o se dañe y cada vez que la célula se divide, los telómeros también se dividen).

Hay una causa última detrás de todo lo anterior, que podríamos calificarla “de diseño”, puesto que por selección natural el organismo está preparado para una duración finita. Y esta duración no es al azar, sino la mejor para cumplir con  el requisito fundamental de la selección natural: que a lo largo de las generaciones perduren las instrucciones genéticas sobre cómo fabricar un determinado organismo.

Dichas instrucciones genéticas continúan a lo largo del tiempo debido a la reproducción. Además, cada organismo tiene una estrategia reproductiva distinta, por lo que también son distintas sus longevidades, pero en ambos casos son óptimas, pues están adaptadas a cada especie. Hay varios ejemplos de esto. Un ratón de campo tiene como estrategia criar mucho en poco tiempo, consiguiendo hacer más copias de su ADN que otro animal que produzca una única cría al año. Por ello, este último tiene que vivir más tiempo que el ratón para conseguir el mismo objetivo. Sencillamente, todo se reduce a que es muy baja la probabilidad de que el ratón llegue a vivir los mismos años que otro animal que no posee la gran cantidad de depredadores que en cualquier momento  puede acabar con su vida.

Por otro lado, está el caso de los ciervos, en el que se puede ver el porqué de la diferencia de longevidad entre géneros. Las hembras necesitan vivir muchos años para dejar muchas crías. Es por esto que los machos de ciervo ibérico pueden llegar a vivir entre 11 y 12 años como máximo, mientras que las hembras alcanzan más de 20,  duplicando su esperanza de vida respecto a los machos. Los estudios sobre esto, como el de los investigadores de The Conversation, han encontrado que el diseño en los machos estaba ajustado a esa longevidad comparado con el de las hembras. En concreto, debido a que los dientes de los machos son más pequeños de lo que correspondería a su tamaño, por lo que se desgastan antes que en las hembras. Estudiando la evolución de ciervos y otras especies, comprobamos que la selección natural había aumentado el tamaño general de los machos, necesario para ganar en la competencia contra otros machos, pero no había aumentado proporcionalmente el tamaño de sus dientes.

Especies poligínicas: machos más grandes que envejecen y mueren antes

Las especies polígamas, específicamente las poligínicas (en las que cada macho puede fecundar a muchas hembras), suelen presentar dimorfismo sexual, o lo que es lo mismo, morfologías diferentes en machos y hembras. Como en la humana, en muchísimas especies los machos tienen un tamaño promedio mayor que las hembras, además de rasgos sexuales diferentes, como la cornamenta de los ciervos, la cola del pavo real o la barba en los hombres. Asimismo, se muestran diferencias entre sexos en longevidad de acuerdo con el grado de poliginia.

En especies muy poligínicas como el ciervo, donde un solo macho puede cubrir a decenas de hembras en una misma temporada, hay una diferencia de esperanza de vida de 8 años (40% de reducción en machos respecto a hembras). En los humanos, con una historia evolutiva de moderada poliginia, la diferencia entre hombres y mujeres en longevidad es aproximadamente de un 7%. Es probable que estén ocurriendo simultáneamente muchos procesos que dan lugar a esa diferencia de longevidad entre hombres y mujeres.

Lo que somos hoy es el resultado de la evolución y de su traslado a lo largo de las recientes generaciones mediante inercia filogenética, (eso que hace que la mayor parte de nuestros genes se copie tal cual a la siguiente generación), por lo que no importa si actualmente mantenemos o no los comportamientos poligínicos de nuestro pasado o si conservamos cierto grado de selección natural o no en nuestro mundo moderno.

Los organismos son diseñados por medio de la selección natural y únicamente si conocemos el funcionamiento de esta, podremos entender la verdad de cómo somos. Aún así, en los humanos de manera especial, existen muchos factores que condicionan la calidad de vida de una persona y por consiguiente su longevidad.

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Fuente: ¿Por qué la vida de las mujeres es más longeva que la de los hombres?

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