El retorno al deporte después de una reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) es un tema que sigue generando debates en el ámbito de la medicina deportiva. Un reciente estudio publicado en Knee Surgery, Sports Traumatology, Arthroscopy ha revelado que los déficits persistentes en la fuerza de flexión isocinética de la rodilla no están asociados con un mayor riesgo de sufrir una segunda lesión de LCA. Este hallazgo desafía algunas de las creencias más comunes sobre la rehabilitación y la preparación para volver a actividades deportivas de alta exigencia.
El impacto de la fuerza de flexión en la prevención de lesiones
La fuerza de los músculos isquiotibiales desempeña un papel crucial en la estabilidad de la rodilla, especialmente durante movimientos explosivos como cortes y cambios de dirección. En este contexto, la simetría de fuerza entre ambas extremidades, medida a través del índice de simetría de las extremidades (LSI, por sus siglas en inglés), ha sido considerada un indicador clave para evaluar la recuperación tras una reconstrucción de LCA. Sin embargo, el estudio en cuestión, que incluyó a 526 pacientes de entre 15 y 40 años, encontró que aquellos con un LSI inferior al 90% no presentaron un mayor riesgo de sufrir una nueva lesión en los dos años posteriores al retorno al deporte.
Esto no significa que la fuerza de los isquiotibiales no sea importante, sino que su relación con el riesgo de una segunda lesión es más compleja de lo que se pensaba. Por ejemplo, los pacientes con un LSI entre el 80% y el 89.9% mostraron un menor riesgo de lesión en comparación con aquellos que alcanzaron un LSI superior al 90%. Este resultado sugiere que otros factores, como la calidad del movimiento, la confianza del paciente y el tiempo dedicado a la rehabilitación, podrían ser igual o más relevantes.
Metodología del estudio
El análisis se basó en datos del registro de rehabilitación Project ACL, un programa sueco que evalúa de manera sistemática la función muscular y los resultados reportados por los pacientes tras una lesión de LCA. Los participantes fueron divididos en tres grupos según su LSI de fuerza de flexión al momento de regresar al deporte: ≥90%, 80%-89.9% y <80%. Además de medir la fuerza de flexión, se evaluaron otras variables como la fuerza de extensión de la rodilla y el rendimiento en pruebas de salto.
Resultados y reflexiones clave
A lo largo de dos años de seguimiento, se registraron 51 nuevas lesiones de LCA (9.7% del total de participantes). De estas, el 68.6% correspondieron a re-rupturas del injerto en la rodilla operada, mientras que el 31.4% ocurrieron en la rodilla contralateral. Curiosamente, todas las lesiones contralaterales se dieron en el grupo con un LSI ≥90%.
El estudio concluyó que la fuerza de flexión asimétrica no es un factor determinante para predecir una segunda lesión de LCA. Sin embargo, los investigadores subrayan la importancia de interpretar los valores de LSI con cautela, ya que pequeñas variaciones en la fuerza absoluta pueden influir significativamente en el índice. Además, destacan la necesidad de considerar otros indicadores de recuperación, como la fuerza relativa al peso corporal y la calidad del movimiento funcional.
Estos hallazgos también plantean preguntas sobre la validez de las pruebas isocinéticas en posición sentada como herramienta para evaluar la preparación para el retorno al deporte. Dado que las lesiones de LCA suelen ocurrir en ángulos cercanos a la extensión completa de la rodilla, los investigadores sugieren explorar métodos alternativos que evalúen la fuerza en rangos de movimiento más relevantes para las demandas deportivas.

Implicaciones para la rehabilitación y el retorno al deporte
Este estudio refuerza la idea de que el retorno seguro al deporte no puede basarse únicamente en alcanzar ciertos umbrales de fuerza muscular. Factores como el tiempo dedicado a la rehabilitación, la calidad del entrenamiento funcional y la confianza del paciente en su rodilla desempeñan un papel fundamental en la prevención de lesiones. Además, subraya la importancia de un enfoque personalizado que tenga en cuenta las características individuales de cada atleta.
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