Alf Gunnar Sköld fue el primer campeón del mundo de ciclismo tras esquivar hasta en dos ocasiones la tragedia en Copenhague
«Probablemente gané gracias a un perro furioso que me atacó. Nunca en mi vida estuve tan asustado». Son las palabras del primer ganador del Mundial de ciclismo en el año 1921 cuando los participantes aún no eran profesionales. Un siglo después la rocambolesca hazaña sería impensable.
Una prueba de ‘Amateurs’
Gunnar no tenía contrato laboral ni sueldo, pero aun así el robusto rodador sueco nacido en Estocolmo en la primavera de 1894 logró a los 26 años y tras ser espoleado por sus amistades a retomar la práctica de la bicicleta, levantar los brazos y ser el primer nombre de un palmarés ya centenario.
La competición fue una lucha constante debido a los diferentes contratiempos que se le presentaron a lo largo del recorrido.
El primero de ellos acaeció cuando un tronco se desprendió de una obra y no le alcanzó por centímetros.
»Llegué justo cuando el madero aterrizó en la calzada. En un instante, hice un levantamiento con las ruedas delantera y trasera y lo salté»
Tras este percance solventado con fortuna, llegó el segundo escollo que a la postre le sirvió para alcanzar la meta en primera posición. Un perro furioso se cruzó con el ciclista sueco, lo que derivó en un cambio de ritmo frenético en el instante decisivo del Mundial.
Con la adrenalina de la situación se plantó en la línea de meta situada en Copenhague, tras llevar pedaleando más de seis horas encima de su bicicleta.
Sin profesionales ni arcoíris
El foco de los medios estaba en el Tour de Francia o el Giro de Italia, donde se lucían los grandes nombres de la época: los franceses Eugène Christophe y Henri Pélissier, los belgas Philippe Thys y Léon Scieur.
El Mundial en ruta era otra medida más para incentivar los ánimos de una sociedad que todavía tenía muy reciente la Primera Guerra Mundial que asoló el continente europeo entre 1914 y 1918.
Alf Gunnar Sköld siguió participando en diversas pruebas y consiguiendo éxitos notables en los años posteriores a ese Mundial en ruta. Cabe destacar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París en 1924, donde participó en la contrarreloj por equipos junto a sus compatriotas Erik Böhlin y Ragnar Malm.
En línea con los valores del deporte y los Juegos Olímpicos la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO), imparte el grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
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