Conciliar el sueño o dormir bien puede llegar a ser un reto para muchas personas.
Con frecuencia, esto se debe a diversos comportamientos que podemos rectificar con facilidad. Algunos factores como el entorno o la alimentación pueden ser diferenciales.
- El alcohol
Si sufres de insomnio, cualquier trastorno del sueño o simplemente te cuesta dormir, uno de los factores a tener en cuenta puede ser la ingesta de alcohol. No te dejes engañar por su efecto sedante, pues este puede provocar un desequilibrio que desembocará en descansos de mala calidad y poco reparadores.
De hecho, las consecuencias derivadas del consumo de alcohol pueden llegar a alterar tu sueño de forma crónica. Expertos sostienen que una consumición a cuatro horas o más de ir a la cama puede no tener repercusiones, mientras que un consumo excesivo queda rechazado de manera tajante.
- La alimentación
Al mismo tiempo, la alimentación es en ocasiones la causa de no poder descansar por la noche. Así pues, conviene tener siempre presentes algunos hábitos alimentarios. Por norma general, una dieta mediterránea fomenta un sueño reparador. Además, cenar justo antes de ir a dormir y hacerlo en abundancia puede causar acidez o reflujo gástrico.
«Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo» es un refrán que aquí adquiere gran importancia. Las cenas han de ser ligeras y en un horario temprano, preferiblemente dos o incluso tres horas antes de ir a dormir. Antes de apostar por fritos, bebidas con gaseosa y azúcar, es preferible consumir proteínas bajas en grasas o vegetales a última hora del día.
- El entorno
Por otro lado, el entorno es otro de los factores que inciden de forma directa en la calidad del sueño. Estos van desde los ruidos que puedan resultar molestos en la noche a la luz o la temperatura de la habitación. En este sentido, la oscuridad, el silencio y un clima que ronde los 19 grados pueden ser tus mejores aliados.
Ya has mirado suficientes pantallas durante el día. Consultar el teléfono justo antes de acostarse puede provocar emociones, pensamientos y ansiedad que te mantengan despierto. Pero no solo eso, su iluminación impide que se libere la melatonina, hormona que regula el sueño.
- Las preocupaciones
Para terminar, otro de los puntos conflictivos reside en irse a dormir con preocupaciones. La ansiedad suele estar relacionada con problemas de sueño. En consecuencia, comprender y abordar los vínculos entre la ansiedad y el sueño puede ser fundamental para el bienestar físico y emocional.
En este sentido, cabe destacar que la Universidad Europea del Atlántico imparte el grado en Nutrición Humana y Dietética, así como diferentes maestrías relacionadas con el área de salud y nutrición.
Fuente: Errores (fáciles de corregir) que te impiden dormir bien
Foto: Todos los derechos reservados