La industria automotriz española se enfrenta a una transformación integral para hacer frente a los desafíos globales y adaptarse a los nuevos hábitos de los consumidores.
La industria de la automoción se encuentra en pleno proceso de transformación para enfrentar los desafíos y tendencias globales, así como los cambios en los hábitos de los consumidores. La transición hacia la movilidad sostenible es uno de los mayores retos que enfrenta el sector. Con la llegada de los vehículos eléctricos, es necesario que la industria se reinvente por completo, modificando sus cadenas de suministro y montaje, que hasta ahora se han enfocado en la producción de vehículos de combustión.
Por otro lado, la industria automotriz española se posiciona como líder en este proceso de transformación. Con 11 fábricas distribuidas en todo el país, España se sitúa como el segundo fabricante de automóviles en Europa. Además, cuenta con una sólida industria auxiliar compuesta por más de 700 empresas del sector de componentes de automoción. Sin embargo, es importante tener en cuenta que España no cuenta con grupos automotrices de matriz nacional y tiene una baja tasa de inversión en I+D+i, con una industria orientada principalmente hacia la fabricación de vehículos de combustión.
En este contexto, la viabilidad futura de la industria automotriz española depende de dos elementos clave: acelerar la transición hacia los vehículos eléctricos y mantener la competitividad durante todo este proceso y en el futuro. Para lograr esto, es necesario contar con acciones tanto desde la perspectiva del consumidor como desde el ámbito industrial, sin olvidar el apoyo de las administraciones públicas y las asociaciones.
Desde la perspectiva del consumidor, es fundamental promover programas públicos de ayuda a la compra que fomenten la renovación del parque automovilístico, el cual es el segundo más antiguo de Europa con una media de 13 años. Estos programas también deben impulsar la electrificación progresiva de los vehículos. Asimismo, es necesario fortalecer la infraestructura de recarga eléctrica, aumentando el número de puntos de recarga de los actuales 16.000 a 350.000 para el año 2035.
Desde la perspectiva industrial, es crucial llevar a cabo la reconversión de la industria auxiliar, la cual debe pasar de fabricar componentes para vehículos de combustión a una nueva industria auxiliar con un enfoque más tecnológico. Además, es necesario promover la inversión en I+D+i y fomentar la colaboración entre las empresas del sector para impulsar la competitividad.
En este sentido, cabe recordar que dentro de la oferta académica de la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO) se imparte el grado en Ingeniería de Organización Industrial, el grado en Ingeniería Informática y el máster universitario en Dirección Estratégica en Tecnologías de la Información.
Fuente: Los retos para asegurar la competitividad de la industria automotriz
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