Para protegerse de los impactos climáticos, la propia naturaleza crea estrategias que sirven para proteger el ecosistema y adaptarse a los cambios ambientales.
Por ejemplo, los lagos y otros depósitos de agua naturales sirven de esponjas para atraer el agua al suelo y recargar los recursos hídricos subterráneos. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), señala que cuando estos sistemas están en buenas condiciones, son capaces de capturar el agua durante las fuertes lluvias y almacenarla durante las sequías.
Otro ejemplo es el bosque. A través de la gran cantidad de raíces, el bosque es capaz de absorber agua y filtrar los contaminantes. Lo que resulta en un aire más limpio y una tierra más rica en nutrientes. Con esta acción, el bosque es capaz de devolver el agua potable a varias comunidades.
PNUMA también destaca una solución natural para evitar los incendios de gran escala, como los que se produjeron en 2019. Estos son los cipreses del Mediterráneo, que son plantas capaces de retener grandes cantidades de agua, incluso en condiciones de calor sofocante. Con la caída de las hojas, el suelo también se vuelve más húmedo e impide que el fuego se extienda. Después de un gran incendio en 2012 en España, los investigadores descubrieron que esta planta puede actuar como una barrera para el avance de los incendios forestales.
¿Qué ocurre en las ciudades?
En las ciudades, una de las principales soluciones para mejorar las condiciones atmosféricas es la presencia de árboles. Ya que son capaces de enfriar las temperaturas a través de la evaporación, como un sistema de aire acondicionado. Además, promueve sombras que ayudan a bajar la temperatura del aire en casas y calles.
En el medio ambiente costero, los arrecifes y los manglares tienen una importante función de protección contra las inundaciones costeras. Se estima que para el año 2050, el aumento del nivel del mar podría llegar a varias comunidades que albergan aproximadamente 300.000 personas. Los dos ecosistemas citados podrían servir de barreras a las olas, causando menos fuerza del mar y reduciendo las olas.
Además de éstas, hay otras «ingenierías» naturales capaces de prevenir la erosión, el calentamiento, la desertificación y otros impactos climáticos. En gran parte, estas soluciones se basan en la propia vegetación del ecosistema.
La Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO) tiene en cuenta el tema del medio ambiente en todos sus estudios ofertados, como el Grado en Ingeniería de Organización Industrial en el que los alumnos desarrollan habilidades para formar equipos multidisciplinares acordes a las necesidades de mercado.
Fuente: Seis maneras en que la naturaleza protege al mundo del cambio climático
Desvendado mistério das árvores que resistem a incêndios florestais
Foto: Todos los derechos reservados.