Los extremos climáticos de invierno y verano están ocurriendo con más frecuencia como resultado del cambio climático.
Necesitamos sentirnos cómodos en nuestras ciudades, nuestros hogares y nuestros lugares de trabajo tanto como podamos en estas circunstancias. Sin embargo, ¿son los edificios adaptables a la temperatura? ¿O son estos vulnerables cambio climático?
Los humanos han construído refugios o han buscado resguardo en cuevas para protegerse desde el principio de los tiempos. Este tipo de soluciones son el resultado de la adaptación climática y ambiental.
El comportamiento del edificio está influenciado principalmente por la forma y los materiales utilizados durante la construcción. La exposición de un edificio al exterior está determinada por cómo interactúan la superficie y el volumen. Las leyes urbanas, como las que rigen la altura máxima o el tamaño de la parcela, suelen dictar la forma.
Es importante considerar cómo se mueve el calor a través de varios materiales. La conducción térmica es el término para esta característica. La cantidad de calor que ingresa a un edificio desde el exterior depende de los materiales utilizados para la fachada y el techo.
Algunos materiales de construcción tienen una alta capacidad térmica y son muy absorbentes, lo que significa que conducen bien el calor y lo acumulan. Se incluyen en esta tipología las piedras, la cerámica y el hormigón, que se utilizan con frecuencia en el revestimiento de fachadas.
Por el contrario, el calor no puede pasar a través de materiales aislantes como la madera o la lana mineral. Este tipo de materiales sirven como barrera entre el interior y el exterior de los edificios, evitando que ganen o pierdan calor
A lo largo del año, las necesidades de los edificios en climas de verano e invierno son diametralmente opuestas. Hay plazas maravillosas en invierno y un horno real en verano. Los edificios ineficientes representan el 75% de todas las estructuras, según datos de la Unión Europea. Además, en verano, el 20% de los edificios no alcanzan los niveles de confort adecuados y, por tanto, superan los 25º.
Por el momento, se favorece que los edificios casi nunca usen o incluso produzcan energía. Sin embargo, los estudios advierten que puede resultar en una falta de confort térmico durante el verano. El caso de Bilbao, que alcanzó los 30º fue muy polémico en España.
Por último, cabe recordar que la Universidad Europea del Atlántico, imparte el Grado en Ingeniería de Organización Industrial y el Máster Universitario en Gestión Integrada: Prevención, Medio Ambiente y Calidad.
Fuente: ¿Qué hace que las ciudades y los edificios sean vulnerables al frío y al calor?
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