En la última década, se ha observado un aumento significativo en la esperanza de vida a nivel mundial. Sin embargo, este incremento ha venido acompañado de un notable incremento en enfermedades crónicas y el envejecimiento de la población.
En un estudio titulado «Diet strategies for promoting healthy aging and longevity: An epidemiological perspective», se resume los hallazgos recientes sobre los factores dietéticos que influyen en las enfermedades crónicas y en la longevidad observados a partir de estudios de cohortes de gran tamaño.
Hallazgos del estudio
Se ha comprobado que mantener un peso saludable a lo largo de la vida es fundamental para envejecer de manera saludable y duradera. Esto refleja los beneficios de la restricción moderada de calorías a lo largo de la vida, especialmente en el entorno actual de alimentos obesogénicos.
Además, se ha determinado que el tipo y la fuente de grasas, proteínas y carbohidratos que se consumen son más importantes que la cantidad en términos de influencia sobre el riesgo de enfermedades crónicas y la mortalidad.
También se ha encontrado que algunas dietas tradicionales, como la mediterránea, nórdica y okinawense, así como patrones dietéticos contemporáneos como la dieta basada en plantas, la dieta DASH y el índice de alimentación saludable, están asociados con una menor mortalidad y una mayor longevidad saludable. Estos patrones comparten muchos componentes comunes, como la predominancia de alimentos ricos en nutrientes vegetales, la limitación de carnes rojas y procesadas, y el uso de hierbas y especias culinarias de diferentes culturas.
Asimismo, se ha evidenciado que combinar una dieta saludable con otros factores de estilo de vida podría extender la expectativa de vida libre de enfermedades entre 8 y 10 años.
Otras formas de promover el envejecimiento saludable
Aunque es importante adherirse a los principios básicos de una dieta saludable, también es crucial adaptar las recomendaciones dietéticas a las preferencias individuales, culturas y necesidades nutricionales de la población envejecida.
La salud pública debería enfocarse en crear entornos alimentarios más saludables, donde las opciones nutritivas sean fácilmente accesibles, especialmente en instituciones públicas y centros de atención para adultos mayores. Aunque aún se requiere de más estudios y ensayos clínicos para comprender mejor los efectos moleculares de la dieta en el envejecimiento, es urgente establecer y mantener grandes cohortes de estudio que aborden la dieta y el envejecimiento en poblaciones culturalmente diversas.
Además, esto requiere de profesionales dedicados con una comprensión profunda del proceso de envejecimiento y los aspectos multifacéticos de la atención gerontológica.
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Fuente: Diet strategies for promoting healthy aging and longevity: An epidemiological perspective
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