Los jóvenes que luchan contra la depresión universitaria pueden experimentar dificultades con la transición de la adolescencia a la edad adulta, enfrentando nuevos desafíos académicos, dejando atrás el ambiente escolar e incluso con su situación económica.
Según una revisión de la Universidad Estatal de Stanislaus (Estados Unidos), la depresión universitaria está incluida en algunas guías sobre trastornos mentales aunque no está catalogada como una enfermedad. Estas pautas lo describen como un trastorno del estado de ánimo provocado por elementos específicos en el entorno universitario.
Una publicación de Stanislaus State indicó que “en este periodo surgen retos afectivos, problemas de pareja y de amistad (…). También debemos hablar de la falta de significado vital. Muchos estudiantes no tienen claro qué van a hacer el día de mañana, incluso si esa carrera universitaria les gusta de verdad”.
“A todos estos ingredientes debemos añadir otro que tiende a empañarlo y complicarlo mucho más. La tecnología y las redes sociales son ese universo paralelo desde el que filtran el mundo. La distorsión y la presión que crea el universo digital es otro condicionante”, agregó.
La fatiga constante, la pérdida de interés en los estudios o incluso en los pasatiempos, el desarrollo de adicciones, la pérdida de peso y los pensamientos suicidas son algunos de los síntomas de la depresión universitaria.
Recomendaciones para prevenirlo
Vigilar el horario de sueño: A pesar de que los horarios universitarios exigen muchas horas de estudio, es fundamental mantener las ocho horas de sueño, no solo por el cansancio sino también para evitar perjudicar la salud mental.
Cuidar la alimentación: Consumir alimentos saludables cumpliendo un cierto horario para tener la energía necesaria, combatiendo así con el cansancio constante. Además es importante evitar las comidas rápidas y los dulces en exceso.
Conexiones sociales y actividades al aire libre: Conectar con los amigos de siempre o hacer nuevas amistades está demostrado que reduce el estrés, mientras que el aislamiento refuerza los pensamientos negativos. Además caminar por las mañanas, tomar el sol etc, mitigan la ansiedad y contribuyen a la producción de serotonina.
¿Cómo combatirlo?
En cuanto a cómo tratarlo, saber cuándo se requiere asistencia es crucial. En el caso de la depresión universitaria, buscar ayuda profesional en los servicios sociales universitarios o psicólogos privados marca la diferencia, especialmente cuando hay indicios de suicidio. No se debe temer al tratamiento con fines terapéuticos.
Por su parte, la Universidad Europea del Atlántico imparte la formación en el grado en Psicología y el máster universitario en Psicología General Sanitaria. Dichos programas dotan a los futuros profesionales del sector de todos los conocimientos científico-teóricos y habilidades prácticas necesarios para el desempeño de actividades relacionadas con la mejora del bienestar de las personas.
Fuente: Depresión universitaria: lo que debes saber para afrontarla
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